Han pasado cinco años desde que visité por primera vez este país. Os lo contaba en los primeros posts del blog, cuando estuve en St. Louis y Sokone. Esta vez, afortunadamente, he hecho una ruta más completa, y es la que os voy a contar a continuación.
Información de Senegal
Esta vez he viajado con la guía Bradt de Senegal. No conocía las Bradt, pero tenía ganas de usar alguna ya que me las habían recomendado para África. No está mal, tiene la información muy actualizada. También es buena la de Anaya, escrita por Nicolás de la Carrera, por si os gusta viajar con guía.
Senegal está formado por catorce regiones (nosotros visitamos Dakar, Fatick, Kédougou, Tambacounda y Kaolack), cuyo idioma oficial es el francés aunque existen otros como el wólof (el más extendido), el serer, el peul, el diola, el malinké y el soninké. Precisamente el nombre del país tiene su origen en el río Senegal, que deriva del wólof sunu gaal , “nuestra canoa”. Online podéis encontrar diccionarios de wólof para aprender las palabras básicas: nga def (¿qué tal?), mangi fi (bien), jërë jëf (gracias), legui legui (adiós)…
La moneda es el franco CFA del África Occidental (650 CFA = 1 €). Los precios para el turista no son baratos. Si nos movemos por hoteles y restaurantes para europeos, los precios son normales, si buscamos algo más barato lo podemos encontrar, pero la calidad (a la que estamos acostumbrados) baja mucho, eso hay que tenerlo en cuenta. Más adelante, cuando hable de los alojamientos y de las compras, os iré dando precios.
En cuanto a la religión, la gran mayoría de los senegaleses son musulmanes. Y en algunas localidades conviven “en paz” el islamismo y el cristianismo, incluso en las más pequeñas (como tiene que ser.) En una boda a la que asistimos en Mar Lodj, el imán de la mezquita visitó a los novios en la iglesia durante la misa.

Boda en Mar Lodj
Cómo viajar a Senegal
La primera vez que bajé a Senegal lo hice en furgoneta, esto es toda una aventura, un viaje que implica mucho tiempo y organización. Pero no es la única opción, esta vez lo he hecho por avión, de Sevilla hemos volado a Dakar haciendo escala en Lisboa, con la compañía TAP. No hemos tenido que pedir visado, ha sido todo muy sencillo, aunque un consejo importante, en vuestro vuelo de vuelta, id con tiempo al aeropuerto de Dakar, hay unos cinco controles de seguridad que hacen que todo se retrase, así que id cargados de paciencia. Aprovecho para deciros que un viaje a Senegal, es un viaje “sin prisas”, todo es más lento allí, no existe nuestro concepto de estrés, las cosas se van haciendo como se va pudiendo, una breve parada en el camino se convierte en varias horas de espera, de repente alguien decide comprar unos mangos, otros se paran a hacer fotos, y otros se pierden para hablar con la población local…
En caso de que se decida ir por carretera, cuidado al entrar en Mauritania, el visado debe estar hecho previamente, en la embajada de Mauritania en España (Madrid) o en Marruecos (Rabat).
Para moverse por el país se puede hacer en taxi (negociando previamente con ellos el precio), en car rapide (un híbrido entre el bus y la furgoneta) y en los taxi-brousse o set place (parecido a nuestro Blabacar). Por cierto, en Senegal conducen como quieren, así que agárrense que vienen curvas.
Cómo luchar contra los mosquitos
¡Qué problema este! A pesar de hacer todo lo que os voy a contar ahora, me vine con unas cuantas ronchas, incluida una de avispa, se ve que son resistentes estos bichos.
Este tipo de destinos son conocidos por sus afamados mosquitos y sus picaduras. Aparte de evitar la ropa oscura, cubrirnos el cuerpo especialmente al amanecer y atardecer (incluida la noche), usar mosquitera en la cama y ponernos repelente, otros consejos que os doy son impregnar la ropa con permetrina (se puede comprar en farmacias) y visitar la web Viajar entre mosquitos. Yo además tomé Malarone por el tema del paludismo, es la segunda vez que lo hago y nunca me ha sentado mal, por si a alguien le sirve de algo… Sé que hay muchos reacios a tomar este tipo de pastillas, pero yo, personalmente, ante el desconocimiento, prefiero prevenir, aun sabiendo que podría enfermar de malaria a pesar de tomarlo.
Y para terminar con este apartado, te pique lo que te pique, ponte “Fenergan”, alivia muchísimo el picor y se compra en farmacias. Yo conocía Afterbite que también va muy bien, pero esta crema me ha gustado mucho más (y es más económica).
Dakar
Comenzamos en Dakar, llegamos en el fin de la fiesta del ramadán. Nos alojamos en el hotel La Villa de l’Océan, precios europeos, desayuno muy básico y caro, pero tiene vistas al mar. Por Dakar damos un paseo por algunos de sus barrios, como Dakar-Plateau, Yoff o la zona de La Corniche (repleta de senegaleses haciendo deporte en la playa) y su mercado de pescado en Soumbedioune. Este es uno de los must-to-go en la ciudad, al atardecer llegan los cayucos cargados de pescado y marisco y se montan los puestos ambulantes donde se venden y asan estos manjares. Es un espectáculo de color y, todo sea dicho, de olor…
Otro mercado que me gusta es el Sandaga, en el centro de Dakar. Hay ropa, calzado, telas, nuez de cola, hay de todo. Es bullicioso y con mucho ambiente. Merece la pena dedicarle su tiempo y como siempre, mucha paciencia para regatear con los vendedores.
Isla de Gorée
Una excursión de un día puede ser a la Isla de Gorée (no vayáis el lunes que cierran los museos). El ferry se coge en la Gare Maritime Internationale de Dakar, cuesta unos 8 euros ida y vuelta. Esta isla es conocida por ser centro del comercio de esclavos hacia América, por esta razón es Patrimonio de la Humanidad desde 1978 y si pensamos en lo que allí ocurrió, es un lugar sobrecogedor. Alberga varios museos y la Maison des Esclaves, con su «puerta sin retorno», donde embarcaban a los esclavos y por donde arrojaban al mar a los más débiles. No voy a dar más detalles del sitio porque me parece macabro, ¿qué clase de personas pudieron hacer algo así? En la Maison hay una sala donde los visitantes pueden escribir en las paredes y se leen mensajes como «We can forgive but we cannot forget». Muy triste todo.
En Gorée hay bastantes restaurantes para picar algo, nosotros lo hicimos en Chez Tonton (junto al embarcadero) y probamos el pescado nacional, el thiof, exquisito, y precios normales, 8 euros comida y bebida por persona.
En la parte alta de la isla hay un mercado de artesanía donde viven los Baye Fall y venden sus obras (cuadros, collares, ropa, etc.).

Baye Fall en el mercado de artesanía
El autor de mi guía recomendaba pasar alguna noche en la isla, cuando los turistas marchamos en el ferry y se queda la isla más tranquila, para pasear por sus calles y sentir.
Alrededores de Dakar
Al sur de la ciudad está el pueblo Toubab Dialaw, donde nos alojamos en un curioso establecimiento frente al mar, Sobobade. Interesante decoración y oferta de actividades (talleres de arte, música y danza). El precio por persona en doble con desayuno es de 20 euros.
En esta zona fuimos a la Reserva de Bandia y el Lago Rosa. En la Reserva se pueden ver jirafas, cebras, avestruces, búfalos, monos y rinocerontes. Está muy orientada al turismo, por lo que puede incluso ser decepcionante para determinados visitantes. El precio ronda los 25 euros por persona, para un recorrido de hora y media. En cuanto al Lago Rosa, no tuvimos la suerte de verlo rosa, sino negro, habrá que venir en otra época. Lo que sí os aseguro es que flotar se flota y mucho, la concentración de sal es altísima, como experiencia está bien, pero teniendo en cuenta lo turístico que es, los kilómetros que hay que hacer y lo mal que huele el agua, no sé si me atrevería a decir que es prescindible.
Delta del Saloum
Otro de los ríos de Senegal es el Saloum, cuyo Delta fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 2011. Allí nos alojamos en Le Bazouk du Saloum, al que llegamos en cayuco desde Ndangane atravesando los manglares. Es un precioso establecimiento a orillas del río, tranquilo, lleno de vegetación (anacardos, citronelas, plumerias, ceibas, flamboyanes), con acogedoras cabañas, una cocina excelente y un personal encantador, a excepción de la propietaria, una francesa que trata a su personal un poco mal y deja mucho que desear. Si no hubiera sido por esto, la experiencia habría sido estupenda, pero nos quedamos con un mal sabor de boca por estas razones y por otras (falta de agua en las habitaciones, cambio inesperado a otro establecimiento…). El precio por persona en doble, con pensión completa es de 40 euros.
Durante estos días en el Delta del Saloum, visitamos el pueblo próximo a nuestro alojamiento, Mar Lodj, donde tuvimos la suerte de asistir a un espectáculo de lucha senegalesa que nos fascinó. Unos cuarenta jóvenes exhibiendo sus músculos mientras entrenan dando vueltas en un campo de arena para luego luchar en pareja, acompañados por la música de tambores y voces de mujeres. Impresionante.
También en Mar Lodj, conocimos a Picasso, un lugareño que se hace llamar así por su profesión, pintor. Picasso pinta con arena sobre vainas de flamboyán. Pinta con cuatro colores, procedentes de las cuatro arenas que usa, la del mar, la de los termiteros, la de la construcción y la de la ceniza de asar los cacahuetes, que pega a la vaina con resina de baobab, como veis, 100% producto local.
Y hablando de local, tengo que mencionar al baobab, el árbol africano por excelencia, con su silueta inconfundible y que tanto nos gusta fotografiar. Siempre que veíamos un poblado era raro que no estuviera bajo la sombra de un baobab y es que la sombra de estos árboles da para mucho…

Baobab al atardecer en Saloum
El domingo vamos a la iglesia con la intención de ver una misa góspel pero finalmente lo que nos encontramos es una boda de un francés con una senegalesa del pueblo. Allí la tradición es invitar a todo el mundo, así que fuimos un ratito al convite.

De boda en Mar Lodj
Otras excursiones por la zona son la Isla de los Pájaros (Île des Oiseaux) y un pequeño pueblo musulmán. Todas estas excursiones se hacen en cayuco por el río, tened cuidado con la hora de vuelta, que cuando atardece, además de no tener luz, baja la marea y nosotros encallamos no sé cuántas veces…
País Bassari
Otro destino de nuestro viaje es el sudeste del país, casi en la frontera con Guinea y Mali, el País Bassari, para conocer de cerca las etnias bassari, fula y bedik. Para llegar allí negociamos varios taxis y furgonetas y después de muchas horas de carretera, atravesando la bulliciosa y caótica Kaolack, Tambacounda y el Parque Nacional de Niokolo-Koba (Patrimonio de la Humanidad desde 1981), llegamos a la localidad de Kédougu, que nos llama la atención por el color rojizo de su tierra contrastando con el verde de la vegetación.

Paseando por Kédougou
Allí nos alojamos en el hotel Le Bedik, bonito establecimiento frente al río Gambia, nos encantó su terraza para disfrutar de las vistas y su comida (el personal es encantador, una noche nos llevaron a bailar por las discotecas del pueblo). El precio fue de 35 euros por persona en doble con media pensión.
Durante los días que estamos allí visitamos algunas aldeas de los grupos bassari, fula y bedik, donde se puede ver a las mujeres moliendo el mijo, la forma en que construyen sus cabañas (con empinados techos de paja) o conocer sus tradiciones. La que más me llamó la atención sin duda fue la de la iniciación, iniciación a la vida adulta. Según esta, cuando los varones cumplen una determinada edad (ahí eran los doce años), se realiza una ceremonia y se envían a las montañas durante unos meses para que aprendan a sobrevivir en la naturaleza. Por supuesto, esta ceremonia incluye música, danza, un atuendo específico… Nosotros no tuvimos la suerte de que se celebrase algo así esos días, pero tiene que ser increíble para el que pueda verlo. El País Bassari también es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco (2012).
Próximo a Kédougu está el campamento Chez Léontine donde también os podéis alojar por unos 10 euros y degustar la gastronomía local. Léontine Keïta, es una mujer bedik, perfecto ejemplo de persona emprendedora en un entorno hostil. Habla español y es muy simpática, así que este es otro must-to-do en vuestro viaje. Por cierto, en noviembre organizan en la zona el festival de las minorías étnicas, para quien pueda ir en estas fechas, que lo tenga en cuenta.
Si visitáis los poblados, os interesará saber que es un gesto de cortesía regalar nuez de cola envuelta en sus hojas a los jefes del poblado. Podéis comprarla antes de llegar allí, en Dakar, Kaolack e incluso en el mercado de Kédougou la venden. Es energética, afrodisiaca, recomendable si se tienen nauseas, cansancio o dolor de cabeza y la rama del árbol sirve para limpiar los dientes y las encías.

Vendedor de nuez de cola
Al igual que se lleva la nuez de cola como regalo, si podéis, llevad regalos para los niños, les encantan (como a cualquier niño…). Podéis obsequiarlos con camisetas, caramelos o con pomperos, mi grupo llevaba unos cuantos y cuando le enseñaron a hacer pompas, los niños enloquecieron, ¡qué idea!
Comer y beber en Senegal
La fruta es muy variada y barata y en cada rincón hay un puesto en el que comprar mangos (hemos legado a pagar 0,75 euros por kilo). Los zumos de frutas son un clásico en el país, como los de bissap, de pan de mono (el fruto del baobab) o de mango (que están deliciosos).
Si echáis de menos la cervecita, en los establecimientos para turistas suele haber, tenéis que probar la Gazelle (muy ligera) y la Flag. En algunos pueblos os darán a probar el vino de palma. Otra bebida típica es el café touba, es un café picante y sabroso, por las especias que lleva.
Algunos platos senegaleses son el thiéboudienne que es el plato nacional (pescado marinado con verduras y arroz), yassa (pollo o pescado con salsa de cebolla, ajo, mostaza y limón), maafe (pollo o cordero con verduras y salsa de cacahuetes), pescado a la parrilla (con limón, ajo y pimienta), o dibi (cordero a la parrilla con cebolla y mostaza de Dijon). Este último nos ha encantado, se puede pedir en restaurantes o ir directamente a la Dibiterie a comprarlo (7,5 euros el kilo), todo un espectáculo.
Compras en Senegal
Esto bien merece un capítulo aparte, qué de cosas se pueden comprar allí. Telas, ropa, instrumentos, artesanía… Tiendas de telas encontraréis en todas las ciudades, el precio por metro lo hemos encontrado de 1 a 2 euros, y ¡qué estampados más africanos! ¡No os perdáis el de patchwork! Cerca de las tiendas siempre hay algún sastre, así que os podéis diseñar vuestros propios modelos. Id a los talleres y charlad con los locales, se pasa un buen rato. Y como siempre, negociad el precio de todo, pero hasta cierto límite, o al menos, esa es mi opinión. Ellos mismos te dicen que tienes que negociar y decir un precio diferente al que te dan, pero hay veces que los turistas “abusamos” y bajamos demasiado, menospreciando a veces el trabajo que hay detrás de lo que compramos, a esto es a lo que me refiero.

Comprando telas africanas
Si os atraen los instrumentos, en Senegal encontraréis coras, balafones, djembés, sabares (otro tipo de tambor que se toca también con un palo), etc. Junto al mercado de pescado de Soumbedioune en Dakar, hay un mercado de artesanía en el que compramos un balafón pequeño por 20 euros, un sabar también por 20 euros y un djembé por 45, por si os sirve de referencia.
Y como artesanía, collares de ébano, pulseras, cajas, o el pai pai (abanico de hojas de palmera) y el bin bin (tipo de collar que se coloca en la cintura a los bebés y también lo usan las mujeres cuando mantienen relaciones con un hombre).

Compras en Senegal
La música en Senegal
¡Me encanta la música africana! Conozco muy poco pero cómo me gusta descubrir grupos nuevos. En Dakar nos quedamos con las ganas de ir a ver música en directo en Just 4 U y en Le patio, apuntadlos para vuestra visita. Algunos cantantes senegaleses famosos son Youssou N’dour, Wally Seck, Baaba Maal o Ismaël Lô.
Al menos, tuvimos la suerte de disfrutar de la música en la lucha senegalesa, en los viajes en taxi, pero si visitáis este país, es algo que no os podéis perder, un buen ratito de música y danza.

Mujeres bailando
¿Lo que más me gustó del país? Sus mujeres, su elegancia, sus colores, su grandeza… Aunque hay que reconocer que en Senegal, como en tantos países del mundo, la mujer tiene una situación complicada, no veréis a muchas mujeres ociosas, en los bares, en las discotecas, saliendo con sus amigas o incluso en la playa haciendo deporte por la noche con el resto de los chicos, ellas estarán en casa encargándose de la familia, de los hijos, preparando la comida, moliendo el mijo o trabajando en el campo. Afortunadamente podemos encontrar algunos ejemplos de mujeres, que, enfrentándose a su comunidad, han sido capaces de elegir su camino, como es el caso de Léontine, pero tiene que ser muy duro llegar hasta ahí.
Nos quedaron muchas cosas que visitar (St. Louis, Ziguinchor y subir el río Casamance en velero, por ejemplo), pero en un viaje de dos semanas no dio tiempo para más. Me despido recordando y agradeciendo a mis compañeros de viaje, Lola e Ibrahim de la Asociación Sevilla-Dakar y al resto del grupo (Alejandro, Luis, Reyes, Eduardo, Veronique, Estrella y Lourdes), su tiempo, dedicación y las fotografías que me han cedido para el post. Legui legui amigos.
Que deseos de conocer Senegal me han quedado después de leer esta nueva crónica de viaje de mi entretenida y muy culta amiga Lu, quien en sus comentarios, datos y fotos del lindo país deja traslucir el encanto que le causó esta segunda visita hecha con sus amigos sevillanos todos según entiendo… Me declaro admirador de este blog que seguiré leyendo con la mayor dedicación y esperanza de algún día poder conocer alguno de estos parajes del viajero eterno…
Enrique Merlet
Excelente artículo de mi queridísima amiga Lu ???????????? !
Enrique Merlet
Muchísimas gracias Enrique. Tú siempre tan especial con tus palabras. Espero verte pronto amigo.
Lu
Muy bien reflejado el viaje, Lu, un placer unir este post a los recuerdos que cada uno se lleva, es cierto que quedaron muchas cosas por hacer, aunque así nos quedan también más motivos para volver. Legi legi!
Luis
Un placer compartirlo contigo. Gracias por leerlo!
Lu
Y aquí llega Lourdes de nuevo para contarnos maravillosamente su experiencia, en esta ocasión en Senegal. Un post fantástico con una descripción detallada aderezada con imágenes llenas de color, vida y alegría… ¡Cómo si no tuviésemos ya ganas de viajar y conocer África! Eso sí, yo cuando pueda ir me tendré que agenciar una de esas camisetas de permetrina que comercializa una empresa de Terrassa y que garantiza un 94% de efectividad (a mí me comen hasta los mosquitos de aquí) y son aptas para alérgicos (tengo el lote completo).
Enhorabuena por el artículo. Estamos deseando descubrir tu nueva aventura.
María LO
Gracias María. Qué sorpresa leerte por estos lares!
Lu
Muy bien aprovechado el viaje! Gracias por compartir tus interesantes experencias! Un beso, sigue viajando y siendo feliz y compartiendo tus propias experencias en los proximos posts, te los espero ansiosa y mucha suerte con el blog, me gusta mucho!
viajes a Vietnam
Gracias por tus comentarios, así haré. Saludos.
Lu
Hola, Aventuras habeis dejado atras por el noroeste desde sant lois hasta Dakar la costa del atlantico . Las bonitas tranquilas playas del atlantico una zona habitada en toda su franja por los fula. Ganaderos y horto cultores muy simpaticos muy peculiares en su manera de convivir ,es la zona de los «niayes» caracterizado por un microclima con temperaturas muy suaves …….etc.
Dia babacar
Gracias. Tomo nota para la próxima.
Lu