¿Os suena Panamá? En estos días seguro que mucho, pero no es un país tan desconocido… Curiosamente, parece ser que cuando mi amiga panameña dice que es de allí, la gente se sorprende y no conoce la existencia de este país. Doy fe de ello, lo vi con mis propios ojos. Claro está que ella vive en Oriente Medio, lo mismo es que desde allí les coge muy lejos… En cualquier caso, a mí sí que me sonaba, ¡Panamá el país del Canal de Panamá!, y llevaba unos años queriendo ir a ver la tierra de mi amiga, así que por fin, este año lo conseguí y me fui a pasar unos días de verano a Centroamérica, de su verano (marzo).

Visit Panamá
La República de Panamá se encuentra en el istmo que une América del Sur con América del Norte y el país se localiza entre Costa Rica y Colombia. Está organizada en diez provincias, yo visité la de Panamá (en la parte del Pacífico) y Bocas del Toro, en el Caribe (Atlántico), y de estas os voy a hablar hoy.
Es un país con gran diversidad étnica, aborígenes, blancos, negros, mulatos, aparte de los españoles, americanos, sudamericanos, chinos y otras nacionalidades que viven allí. Hay mucha mezcla, y son «reguapos».
¿Cómo es la capital de Panamá?
La capital del país se llama Panamá, y a veces le dicen Ciudad de Panamá o Panama City. Mi experiencia fue de pocos días, pero si tuviese que describir la ciudad, se me ocurren cuatro áreas:
- Por una parte tiene su barrio de rascacielos, oficinas y hoteles, el Hilton, el Hard Rock, etc., donde se puede ir a almorzar, a tomar un brunch o una copa (trago, que allí le llaman trago). Esta zona me recordó a cualquier ciudad estadounidense, por ejemplo, Los Ángeles. También aquí está lo que se conoce como la Cinta Costera, junto al paseo marítimo, donde se puede ver a la gente haciendo deporte, patinando, corriendo y grupos de amigos con su personal trainer. ¡Guau!

Vistas de la ciudad
- Puede que la parte más visitada y por lo tanto, la más turística, sea el Casco Viejo, con sus plazas, sus iglesias, su catedral y sus fachadas coloniales. Aquí se puede visitar el Museo del Canal Interoceánico de Panamá. En mi opinión, es un museo etnográfico, no trata solo sobre la construcción del Canal de Panamá, sino sobre la historia del país, de la llegada de los europeos a América, de las costumbres de los panameños, etc. En esta parte de la ciudad, en verano, hay actividades culturales. Nosotros fuimos a un espectáculo del programa de Verano Histórico, en la plaza del Instituto Nacional de Cultura. Se hace los jueves por la noche y consiste en un show de las danzas típicas de las provincias de Panamá, así que pude ver los trajes típicos de la provincia de Colón, cumbias, los hombres con su sombrero «pintao» y «a la pedrá» (es decir, con el ala doblada en la parte frontal y posterior), la auténtica pollera panameña, etc.

Catedral Basílica Santa María la Antigua de Panamá
- Otra zona es la de los barrios más típicos de Centroamérica. Callejeando por aquí dimos con la ‘Estatua del hombre que saluda’, del artista coreano Yoo Young-ho, que representa la cordialidad entre Corea y Panamá. Forma parte del proyecto ‘Greeting Man’, estrenado en la frontera entre Corea del Norte y Corea del Sur, continuado en Montevideo y ahora en la Ciudad de Panamá.

Hombre que saluda
- Y la otra parte de la ciudad, que a mí me fascinó y me quedé con ganas de más, fue la del Canal. Espero poder algún día cruzar el Canal de Panamá en un velero. Frente a nuestra casa estaba el Puente de las Américas que atraviesa la entrada del Pacífico al Canal, conocido por los panameños, como el Mar del Sur. En la foto podéis ver que un barco se dirige a cruzar el puente y entrar en el Canal.

Canal de Panamá y Puente de las Américas
Curiosamente, es tan agradable la temperatura durante casi todo el año en Panamá que allí no usan abrigo, les basta con un pullover (un jerseycito que le llamamos aquí). Esto es gracias al clima tropical del que goza el país.
Paseando por las calles verás unos autobuses que seguro que te llaman la atención. Son antiguos autobuses escolares de Estados Unidos, hoy decorados con luces y otros elementos, llamados Diablos Rojos. Poco a poco el Gobierno está introduciendo una nueva línea de buses, los Metro bus, pero aún pueden verse algunos de estos. ¡Me encantan! La próxima vez que vaya a Panamá me monto en uno, que me quedé con las ganas, y mi amiga dice que los conductores son unos auténticos personajes, hacen honor a sus buses.

Diablo Rojo
Otra cosa que me encantó del país son las señales de Stop, allí cambian el texto, Alto.
Comidas y restaurantes en Panamá
No puedo alargarme mucho en este apartado porque en apenas nueve días no se conoce la gastronomía de un país, pero algo sí que probé.
El día se puede empezar con un desayuno panameño, que es todo a base de fritos. Esto se puede hacer un día, pero más de uno, es peligroso. En la foto podéis ver tamal envuelto en hoja de plátano y dentro lleva una masa de maíz con aceitunas, cilantro, pasas y pollo, también pedimos salchichas, bollo, hojaldre, carimañola, empanadas de maíz, tortilla y mi jugo, perdón, mi chicha, que es como le llaman ellos, mi chicha de guanábana, que me supo a chirimoya.

Desayuno panameño
En una visita a Panamá hay que pedir sancocho (sopa con carne y ñame, exquisita), patacones (plátano macho frito que acompaña las comidas), yuca frita, bollo, pan bon y algún pescado o marisco, como ceviche o camarones con salsa criolla, que los suelen acompañar de arroz con coco.
Si estás por la Ciudad de Panamá, un restaurante con comida muy rica y buenos precios es Mi Ranchito en Causeway Amador. Allí el sancocho está de muerte. Si queréis probar cosas nuevas, el jugo de saril. Todo esto se puede también acompañar de una cerveza panameña, Balboa, Atlas o Panamá, por ejemplo. O terminar con un ron El Abuelo.
Paseando por la ciudad, verás unos puestos callejeros que parecen de helados pero venden “raspaos”. Detrás del puesto hay un señor o una señora, con un bloque de hielo que raspa y pone en un vaso, al que añade siropes. Eso es un raspao.

Preparando un raspao
Algo que me encantó es el capítulo de jugos y batidos y sus mil y una frutas que yo no conocía (o le cambiaron el nombre y no me enteraba de qué me estaba tomando). Incluso hay un establecimiento en el que te atienden en tu “carro”, se llama «La Casa de las frutas, jugos y helados» y los zumos están riquísimos. Yo probé el que me recomendaron, chicheme panameño, que es un batido de maíz con leche condensada, canela y vainilla (os podéis imaginar lo bueno que está eso, pero hay que tener cuidado que tiene sus calorías).

Casa de las Frutas
Y para despedir el viaje, fuimos a un restaurante muy especial, a probar un menú degustación de comida panameña que nos encantó. El precio es de unos sesenta dólares por persona aproximadamente, pero está muy bien si se quieren conocer los platillos típicos de esta tierra. Un total de ocho platos y dos postres, presentados y descritos uno a uno por los camareros. El lugar se llama, Donde José y está en el Casco Viejo. ¡Ah! En Panamá se da el 10% de propina normalmente, y se paga en dólares, aunque en algún sitio os devolverán algún cambio en balboas, la moneda del país.

Menú degustación Donde José
Compras en Panamá
Como en cualquier sitio, hay que hacer una visita al supermercado y comprar frutas tropicales y productos típicos de aquí. Os advierto que si sois de los que os gustan los productos estadounidenses, debido a la influencia americana que hay en la ciudad, vais a encontrar el supermercado lleno de ellos: salsas, cereales, galletas, etc.
Si buscáis algo más autóctono, como puede ser algún souvenir de artesanía, los más populares son los hechos a mano por los Kuna, un pueblo amerindio de la provincia panameña de Guna Yala. Venden unos trozos de tela decorativos que se llaman molas. También podéis comprar una chácara panameña, un bolso hecho a mano de pita.

Comprando molas a los Guna
Bocas del Toro, el Caribe panameño
Vamos a Bocas del Toro, la segunda provincia que visité en Panamá y que se encuentra junto a Costa Rica en el Mar Caribe. Concretamente volamos a Isla Colón con Air Panama y en unos cuarenta y cinco minutos estamos allí. Me llamó la atención el aeropuerto, las instalaciones, el sistema de megafonía (a voces, nada de altavoces), la cinta de recogida de equipaje… Me contaron que la pista de aterrizaje es un lugar peligroso, porque los residentes, en lugar de dar un poco más de vuelta, cruzan la propia pista para ahorrarse tiempo, así que los pilotos a la hora de aterrizar tienen que tener mucho cuidado.
Cuando llegamos a la isla, se notaba que estábamos en el Caribe, las fachadas de las casas, las palmeras, el ambiente…
Bocas del Toro es un destino de sol y playa, en el que practicar surf, por eso está lleno de jóvenes norteamericanos, pero también es un destino de turismo idiomático, por ejemplo, la empresa Bocas del Toro Habla Ya ofrece cursos de español y actividades de ecoturismo. Y para los que busquen un poco de descanso y desconexión, existen unas casitas que te dejan nuevo.
Después de un paseo, nos fuimos a nuestro alojamiento en Punta Caracol, una casita flotante rodeada de mar y vegetación, el paraíso. El nombre por si os interesa es Casa Mar Azul. Es una villa totalmente equipada, con dos dormitorios que dan al mar, cocina con barra americana, jacuzzi, equipo de snorkel y paddle surf, y ahí que estuvimos explorando la zona tostándonos al sol durante tres días de relax absoluto.
El traslado hasta la casa se hace en un pequeño bote. Nosotras tuvimos la suerte de hacerlo con un lugareño, el Flaco, que el último día nos llevó por las islas vecinas a ver parte de sus terrenos. Menudas casas tan bonitas. Merece la pena una excursión por estos sitios. Y cuidado si sois de los que os pican los mosquitos, a mí me picó uno que se llama chipra parece ser, no sale roncha en el momento, sino unos días o semanas después, y me traje a España casi cien picaduras que fueron apareciendo poco a poco en mi cuerpo. Pero mereció la pena, por los amaneceres y atardeceres que nos regaló la casa.

Casa Mar Azul
El español de Panamá
Como me gusta tanto la lengua y comparar mi español con el hablado en otras partes del mundo, estos días en Panamá me los pasé aprendiendo español panameño. Algunas de las expresiones y palabras más curiosas o divertidas, os las resumo a continuación:
- Chécheres. Esta es mi preferida, me la enseñó mi amiga Amor. Nosotros le decimos “trastos, cachivaches, chismes, cacharros”, por ejemplo, cuando arreglas la casa, haces una mudanza o algo parecido y tienes muchos trastos para tirar que solo ocupan lugar pero no sirven para nada.
- A la orden. Es otra forma de decir “de nada”.
- El tranque: el atasco de tráfico. Y es muy divertido porque en la Ciudad de Panamá se forman tantos que entre carril y carril puedes ver personas vendiendo refrescos y snacks, para que el tranque sea más llevadero.
- Hablando de bebida, tomar es beber y tragos son copas, esto es más conocido, ¿no?
- Vaina. Esto significa cosa, y lo utilizan en muchas ocasiones. No sigas con esa vaina (cosa), oye, ¿qué es esa vaina (cosa)? Esto es muy panameño.
- A mí no me mata. Algo que no te hace mucha gracia, comida o algo así.
- ¡Chuzo! Esta me encanta, también de mis preferidas, lo usan para decir ¡caramba!, ¡vaya!, o sea, para mostrar asombro.
- Duro es tacaño, agarrado con el dinero. Y el gesto que utilizan es golpearse con una mano el codo del brazo contrario.
- Un pelaíto. Un niño, un jovenzuelo.
- ¡Chuleta! Expresa asombro, sorpresa, alegría, dolor… ¡Chuleta!, ¡perdimos el avión! La utilizan para evitar decir otra palabra que sonaría peor, chucha (forma vulgar de referirse al órgano reproductor femenino).
- Ñapa. Algo que se añade, que se da como propina o regalo. Por ejemplo, si vas a hacer la compra, cuando te despachan y te echan un poquito más de regalo, esa es la ñapa.
- Halar. En los carteles de las puertas “hale».

Hale
- Me da pena. Aquí pena lo usan como vergüenza.
- ¿Qué xopa? Esto es, ¿qué pasó?, pero dicho al revés, es muy de la calle y lo usa la gente joven, o sea, los «pelaítos». Muy panameño.
Bueno, con esta clase de panameño, seguro que encajáis estupendamente entre los locales. Aunque son tan amables y educados que no vais a tener problema. Mi amiga Amor y su familia, Ana, Gissele, Nadine, Wafaa y Yunito, no me pudieron tratar mejor, por lo que les estoy muy agradecida.
Me despido a la panameña: ¡chuzo!, pero qué bien que la pasamos. Me mató el sancocho y me mató Panamá.

Pollera panameña
Maravillosooo de principio s fin!! Gracias!!
Carlos Moreno
Gracias querido Carlos.
Lu
No sorprende que, una vez mas, Lu nos comente lo bonito que resulta ser un lugar de nuestro planeta, en este caso, Panamá, lugar donde con su amiga Amor recorrió diversos lugares que hablan de historia, tradición, cultura y lenguaje, además de gastronomía, temas todos que abren el apetito por conocer el lugar de nuestra América desde el que 7 años antes que el portugués Magallanes lo hiciera tras navegar el estrecho de su nombre, Núñez de Balboa descubrió el Océano Pacífico bautizándolo Mar del Sur… Felicitaciones y suerte a la hermosa españolita que recorre el mundo dando placer a quienes siguen su hoja de ruta !
enrique merlet
Es que los americanos sois «muy bonitos». Gracias Enrique por leerme. Un abrazo fuerte fuerte.
Lu