Opinión
18
octubre

La vuelta al cole

Ya ha pasado el mes de septiembre y su tradicional vuelta al cole y yo, como profesora, quiero rendirle homenaje con el post de este mes. Lo voy a hacer presentando un corto del que estoy enamorada, pero antes, quisiera poner en valor el papel del profesor, una profesión cada día peor valorada por nuestra sociedad, ¡qué lástima! Pero como este es un blog de viajes, trataré de haceros viajar a África con la historia que os voy a compartir más tarde.

Hace poco leí una noticia que me fascinó, el guionista de la serie de televisión «El ministerio del tiempo», se inspiró para uno de sus capítulos en su profesor de instituto, Victorino García Calderón. Cuando los compañeros de instituto del antiguo profesor estaban viendo la serie, descubrieron que se trataba del mismísimo Victorino. Y es que el guionista, quiso rendirle homenaje a su profesor. ¡Qué bonito!, ¿verdad? Este Victorino decía cosas tan especiales como: «He llegado a tener cuarenta alumnos por clase, sin conocernos, no hay transmisión de conocimiento». Eso solo lo piensa y lo dice un profesor de verdad, de los que a mí me gustan.

Ahora que está tan de moda hablar de los inspirers, que si marcan tendencia, que si la gente los sigue en redes sociales, que si yo soy inspirer y tú instagramer, vamos a ver, para mí, los grandes inspirers han sido siempre y lo serán, entre otros, los profesores, porque pasamos muchas horas con los alumnos y queramos o no, somos influyentes y de nosotros dependen muchas cosas. De ahí el peligro de que pueda ser profesor cualquiera, para no «desinspirar», desmotivar o desorientar. Y es que hay muchos locos e ineptos en esta profesión, que los sufrimos los propios compañeros y lo que es peor, los alumnos.

Pero en este post no voy a hablar de esto, hoy estoy optimista porque es octubre, mes del otoño, época de cumpleaños y precisamente hoy es el mío y estoy muy feliz, así que lo dejaré para un futuro post en el que prepare una buena crítica del sistema educativo, hoy he dicho que quiero rendir homenaje a los profesores, pero a los buenos, solo a los buenos, que hay muchos, aunque los malos den tan mala imagen a este colectivo.

Con mis amigas y compañeras Tirma, Olga y Marta, grandes profesoras

Si hablo de buenos profesores, no puedo dejar de mencionar a mi querido amigo Paco Tarragona, se me sigue poniendo un nudo en la garganta cuando lo recuerdo, qué gran compañero, qué gran persona y qué gran profesor. Os dejo el enlace a la noticia sobre el homenaje que le hicimos en el IES Virgen de las Nieves. Él fue un profesor de esos que inspiran, que dejan huella, un amante de la botánica, la micología y la ornitología capaz de transmitirlo a todos los que le rodeaban, que ponía del revés las aulas, la cafetería y hasta el instituto entero para montar sus muestras de setas, en fin, una persona muy especial.

Otro de los grandes es el pedagogo Miguel Ángel Santos Guerra, del que escuché aquella frase “la sangre con magia entra” una tarde de domingo, a unos días de las oposiciones, cuando nos hizo reír y llorar a todos los opositores que asistimos a su charla. Si queréis saber más de él, escribe el blog «El adarve».

En fin, profesores buenos, haberlos haylos, el problema es el sistema que deja que entren los malos. Seguro muchos de nosotros guardamos el recuerdo de aquellos que nos han marcado, pero qué triste me parece cuando hablo con alguien y me dice que ninguno de los profesores que ha conocido ha merecido la pena, ¿cómo puede ser así?, ¿qué está pasando con nuestra profesión? Si la escuela debería ser un lugar mágico, en el que se aprende, se comparte, se descubre…

Este verano he estado de viaje en Madagascar y he visitado la escuela de Ankidafito que unos amigos abrieron gracias a su asociación Ay Raiky Tsika (os hablaré de todo esto en el post de diciembre). Para estos niños ir al colegio era todo un privilegio, primero porque no hay plazas para todos y segundo porque hay padres que no quieren que sus hijos vayan a la escuela ya que los necesitan trabajando con ellos. No os hacéis una idea de lo que a los niños les gustaba ir al al colegio. Nuestra visita fue una experiencia increíble. Ya os contaré.

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En la escuela de Ankidafito con la asociación Ay Raiky Tsika

Estando allí precisamente, me vino a la cabeza el famoso corto, ganador de tantos premios, «Binta y la gran idea», que es el que os comentaba al comienzo de este post. Os animo a verlo, os llevará solo media hora, pero os aseguro que vais a reír y llorar y lo que es más importante, a «re-valorar» el papel de la escuela y del profesor.

¡Ah por cierto!, no desesperéis con el comienzo del corto, el primer minuto y medio es solo texto, dedicado a recoger todos los premios que recibió el cortometraje… Si es que, no os pongo cualquier cosa, os pongo de lo mejorcito.

¿A que es bonito? Para los que hemos ido de viaje a Senegal seguro que nos ha transportado a esos momentos, la música, los colores, los paisajes de manglares del país. Y para los que no lo conocéis aún, ya os podéis hacer una idea de lo que os vais a encontrar en este lugar tan maravilloso.

Y si me gusta el corto, más me gusta la canción con la que se acaba, de mi admirado Salif Keita, «Tekere», de verdad, voy a llorar con tanta emoción. Os dejo el vídeo, es antiguo y la calidad regular, pero es una joyita.

Bueno, voy a ir despidiéndome. Espero haber aportado mi granito de arena a la imagen del profesor. Es cierto que tenemos unas condiciones de trabajo buenas y que la gente al oír profesor solo piensa en «vacaciones», pero trabajamos, señores: asistimos a nuestro puesto, preparamos nuestras clases por las tardes y los fines de semana, corregimos los trabajos de los alumnos, nos mantenemos actualizados y algunos, amamos la profesión y la ejercemos con mucho gusto.

Así que la próxima vez que quieran criticar a un profesor sin conocerlo, asistan primero a una de sus clases y luego juzguen, pero no contribuyan a echar más basura a esta profesión tan digna y que tanto inspira a nuestros niños y no tan niños. Y si se topan con un profesor malo y flojo, denuncien y reclamen, a ver si con el tiempo, entre todos, acabamos con ellos. ¡Tekere, tekere, tekere!

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En una clase cualquiera

Lu
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Profesora de Turismo, autora de Estructura del Mercado Turístico (Editorial Paraninfo), aficionada a la lingüística, a la gastronomía y a la navegación, socia de Ay Raiky Tsika y ante todo, viajera.

Comentarios en este artículo

  1. Me ha encantado el post! Mil gracias por visibilizar esta figura y por todo lo que me ayudaste. Además siempre tengo una frase presente que me dijiste en Marbella: rodéate de los buenos, los mejores, los que disfrutan con su profesión y no de los que siempre se quejan… cuanta verdad lleva! un abrazo enorme cumpleañera

    Gloria
    • Gracias Gloria, me encanta que te encante. Espero que disfrutes mucho con la profesión.

      Lu
  2. Tanto tiempo sin leer a esta viajera profesora y amiga tan especial ! como especial resulta ser el día de su cumpleaños que aprovecha para entregarnos un nuevo relato lleno de cosas lindas y positivas para el alma… Gracias Lourdecita por tu nota llena de alegría y optimismo !

    Enrique Merlet
    • Gracias a ti Enrique por tus comentarios siempre tan lindos. Ojalá estuvieras más cerca. Mil besos.

      Lu
  3. Como siempre haces que mis sueños se pongan a la altura de mi imaginación…
    Cuánta razón tienes con eso de que los buenos profesores son los verdaderos «inspirers»!!
    No cambies nunca.

    Samuel
    • Te digo lo que te llevo diciendo todos estos años, ¡qué regalo haberte tenido como alumno!

      Lu

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