Después de casi un mes por África occidental, he hecho una paradita en mi tierra, Andalucía, para visitar a familiares y amigos, y he recorrido algunos de los sitios que más me gustan de Granada, Málaga y Sevilla.
Pero antes de volver tuve que coger un avión desde Banjul, la capital de Gambia, que tardó trece horas (incluida la escala de ocho horas en Casablanca). Para colmo, tuve que esperar casi once horas en el aeropuerto. ¡Qué desesperación! Pero tuve la suerte de coincidir allí con unos españoles majísimos, María (con quien aproveché la escala de ocho horas en Casablanca para visitar la ciudad) y Miriam, Lourdes y Jesús (unos cántabros con los que coincidí la primera semana del viaje en la embajada de Mauritania en Rabat). ¡Gracias, chicos, por esos momentos y por vuestro apoyo!
Una vez en España, me dediqué a dar sorpresas a mi gente. Muchos de ellos no sabían que estaba por aquí y fue muy divertido.
La primera parada fue en Málaga la bella. Allí paseé por la calle Larios (y recorrí las tiendecillas que se esconden en las calles de alrededor), la calle Alcazabilla (a los pies de La Alcazaba y del Teatro Romano), tomé algo en los bares de la Plaza de la Merced y aledaños (por supuesto, las bodegas Pimpi) y disfruté de ese sol que tiene la ciudad casi todo el año.
Después fui a Sevilla a visitar a unos amigos. Y cómo disfruté paseando por el Guadalquivir, la catedral, la Torre del Oro… ¡Qué bonita es Sevilla y qué bien que se está allí! Me sorprendió la cantidad de gente que había tumbada a orillas del río, tomando algo, haciendo picnic. Sobre todo había estudiantes Erasmus (qué lujo ser Erasmus y que te toque una ciudad como esta).
Por último volví a Granada, mi ciudad, y me recorrí unas cuantas veces el centro, visitando la zona del mercado de San Agustín, la Plaza de la Pescadería, Bib-Rambla, Paseo de los Tristes… Y mis bares preferidos: El Oliver, Bodegas Castañeda, La Cueva, Los Tintos, El Ávila… Y he tenido tiempo hasta para hacer alguna excursión. Un día fui a hacer senderismo por el Trevenque y comimos en la Fuente El Hervidero y otro día fui a la zona de Moclín y visitamos el castillo y vimos las pinturas rupestres de Corcuela. ¡Qué emocionante! ¡Os lo recomiendo todo!
Y lo último que hice en Granada fue algo maravilloso. No sé si sabéis que ahora es el Festival Internacional de Cine Clásico Retroback en Granada. Pues coincidió con mi parada en la ciudad y pude asistir al documental biográfico Imagine: John Lennon, de Andrew Solt. Además de interesante, fue muy emotivo. Tenéis hasta el 28 de febrero para disfrutar de otros documentales y películas del Festival.
¿Próxima parada? ¡Me estreno en los Estados Unidos! Empiezo la ruta en Nueva York, la ciudad que nunca duerme.
See you soon!
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